En México, increíblemente, existe un sector de la prensa y una minoría de fanáticos que tienen la osadía de reventar a Santiago Gimenez, un muchacho de solo 23 años que es ídolo en el Feyenoord y que fue el último gran héroe de la Selección Mexicana al darle la Copa Oro con un golazo ante Panamá.
Por fortuna, haciendo a un lado a esa puñetera prensa y a esos cerrados fanáticos, para el resto del mundo, el ex Cruz Azul es un buen futbolista con un futuro muy prometedor.
Tan es así que acaba de ser nominado a “Mejor Futbolista del Año” de la CONCACAF, premio que también disputarán dos grandes jugadores como el canadiense Alphonso Davies y el estadounidense Christian Pulisic, entre otros.
Y sí, ya sé, sus detractores minimizarán esa nominación por ser de CONCACAF, incluso se reirán, porque es el recurso que tienen los envidiosos, pero es mejor estar en esa nominación a no estar. Y ningún otro jugador mexicano está ahí.
Lo he dicho hasta el cansancio, Santi no es ni será Haaland o Mbappé, pero de momento y por un buen rato no hay ni cerca un delantero mexicano de su nivel, porque una cosa es meter goles en Europa y otra metérselos al Mazatlán o al San Luis.