Las recientes declaraciones de Edson Álvarez reavivaron rencores y sospechas en contra de Gerardo Martino por la derrota que sufrió el Tri a manos de la Selección que a la postre resultaría la campeona del mundo.
Hasta cierto punto, son entendibles esas emociones negativas y suspicacias en contra del técnico argentino, luego del papelón de la Selección Mexicana en el pasado Mundial, sin embargo asegurar que vendió ese partido ya es llegar a un nivel en el que el que acusa está obligado a probar.
Desde luego que en el fútbol es imposible meter las manos al fuego por alguien, pero qué es más probable, ¿que Martino haya vendido el partido a sus paisanos o que la mediocre Selección Mexicana perdiera ante una potencia que tenía entre sus filas al mejor futbolista de la última época?
La respuesta parece obvia.