La violencia se metió en el mundo de deporte una vez más, y sucedió en territorio mexicano, pues un joven futbolista fue asesinado en plena banca durante un partido entre amigos, en las inmediaciones de una cancha de futbol en la localidad de Cuautla, estado de Morelos, uno de los que tiene mayores índices de inseguridad.
El nombre de la víctima era Sergio Jauregui, futbolista de 31 años de edad que se convirtió en un ícono del equipo local, los Arroceros de Cuautla, pues jugó más de una década en el club que militaba en la Liga Premier de México, considerada la tercera división del balompié mexicano.
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Los Arroceros desaparecieron de la liga afiliada a la FMF luego de que la cuestión económica se volvió insostenible y no podían conformarse como un plantel, pero Sergio buscó la manera de ser traspasado a otro club para no dejar atrás la ilusión de ascender a la Liga de Expansión.
Sin embargo, la delincuencia fue en el estado acabó con posibilidad alguna de que Jauregui pudiera ser conocido en otros clubes, ya que su asesinato ocurrió en un ambiente futbolístico, pues se encontraba jugando con amigos en la Unidad Deportiva local de Cuautla, y fue cuando se acercó a la banca que fue atacado.
El deportista se apartó del terreno de fuego para descansar y recuperarse, cuando un sujeto que escapó en moto con un cómplice esperó a que estuviera distraído para pegarle seis tiros a quemarropa, según las investigaciones de las autoridades morelenses, que aún no presentan detenidos.
Ante la conmoción de quienes se encontraban en la cancha, las llamadas a la policía y a los servicios médicos fueron inmediatas, pero debido a la cantidad de impactos recibidos, Sergio Jauregui murió en el instante de la agresión, por lo que la Liga Premier envió sus condolencias en un caso más de inseguridad que involucra a la pelota.
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