El arbitraje en los Cuartos de Final dejó muchísimas suspicacias.
Personalmente, creo que hay que aceptar que el árbitro y sus fallas son parte del juego, pero también creo que en esta ocasión es innegable que hubo varias acciones que provocaron que el aficionado promedio tenga todo el derecho de sospechar de una mala intención.
No voy a particularizar en alguna de estas acciones y no puedo acusar de corrupción porque no tengo pruebas, pero sí puedo asegurar que hubo mucha incompetencia de los silbantes en la mayoría de los ocho juegos que hasta ahora se disputaron en la Liguilla.
Pero no solo de los jueces en campo, también de los que están en el VAR, y estos últimos son los que más sospechas de corrupción despiertan porque es increíble que con la ayuda de la tecnología sus decisiones sean mucho más cuestionadas que cuando no había apoyo en las repeticiones.
Ojalá que para las Semifinales haya justicia y tengamos partidos libres de sospechas, sobre todo porque a la Liga MX le urge tener un poquitito de credibilidad.