La Liguilla del Torneo Clausura 2024 podría jugarse sin un solo director técnico mexicano.
El brasileño Jardine, con América; el argentino Anselmi, con Cruz Azul; el portugués Paiva, con Toluca; el argentino Ortiz, con Monterrey, el uruguayo Siboldi, con Tigres; el argentino Gago, con Chivas, y el también argentino Lema, con Pumas, tienen asegurada su participación en la "Fiesta Grande".
Ahora bien, si el Pachuca del uruguayo Almada elimina al Necaxa del mexicano Fentanes en el Play In, no habrá ningún entrenador nacional compitiendo por el título.
Desde el inicio del Torneo fueron muy pocos los técnicos mexicanos a los que se les dio la confianza de dirigir en la Liga MX, la mayoría en equipos condenados a pelear los últimos puestos.
Es un fenómeno curioso. ¿Será que los mexicanos son incapaces o no se han ganado la oportunidad? ¿O será culpa del malinchismo que siempre ha existido en el fútbol mexicano?
Para quien no lo sepa, el malinchismo se define como la “actitud de quien muestra apego a lo extranjero con menosprecio de lo propio”.
Personalmente, creo que esta es la razón.
Si no hubiera capacidad en los técnicos mexicanos, no hubieran existido brillantes estrategas como Nacho Trelles, Manuel Lapuente y Enrique Meza, solo por citar algunos.
Es difícil, pero ojalá pronto se abran las puertas del fútbol mexicano a entrenadores mexicanos.