La Liga MX no entiende que sus principales clientes son los aficionados. A ellos sería a los primeros que tendría que escuchar, pero no lo hace.
Sus clientes, o sea los aficionados, exigen, entre otras cosas, una reducción de extranjeros y ascenso y descenso, pero como respuesta obtienen puro bla, bla, bla.
Los argumentos que la Liga MX dio para no reducir el número de extranjeros son de risa. Según ellos, los forasteros ayudan al desarrollo de los jóvenes mexicanos, cuando en realidad ocupan sus puestos.
También dicen que los clubes no ocupan a todos sus extranjeros. Bueno, entonces reduzcan el maldito número de plazas permitidas. Y, si hacen eso, en automático los equipos se verán forzados a traer a jugadores de mejor nivel.
En fin, los que mandan en nuestro fútbol viven en una burbuja, son ciegos, sordos y tan tontos que esperan que haciendo lo mismo obtendrán distintos resultados.
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