Hace no mucho, Guillermo Martínez, el ‘Memote’, pasó de la invisibilidad a la visibilidad.
Esto debería ser algo bueno si no fuera porque al ahora delantero de Pumas esa visibilidad le llegó hasta los 29 años. Es decir, ya muy grande.
Y no, para nada es su culpa, es culpa de la poca confianza que reciben los delanteros mexicanos en su propio país.
El caso del ‘Memote’ tiene cierto parecido al de Oribe Peralta. Ambos debutaron alrededor de los 20 años, pero tuvieron que batallar un largo rato para que algún entrenador los prefiriera por encima de los atacantes extranjeros y tuvieran cierta estabilidad. Cuando por fin recibieron la oportunidad, la aprovecharon.
El problema, insisto, es que esa oportunidad llegó muy tarde.
Deseo que el ‘Memote’ termine por explotar como lo hizo Oribe, pero deseo más que algún día los delanteros mexicanos reciban más oportunidades a una edad más temprana.
¡POLÉMICA! ¿Quiénes son los culpables de la crisis del futbol mexicano?